Querétaro busca reducir o compensar cerca de 2 millones de toneladas de emisiones de CO2 a través de la puesta en marcha de los impuestos ambientales que entraron en vigor en este año, informó el secretario de Desarrollo Sustentable (Sedesu), Marco Antonio del Prete Tercero.
Esta reducción es con respecto a las 12 millones de toneladas que se registraron en 2020, cuando se estableció la línea base para esta medición. “Este año es cuando se empezará a observar la reducción, porque es este año cuando se empieza a cobrar el impuesto, cuando se lanza el sello de bajo carbono y que las empresas que estaban generando emisiones tendrán que reducirla. Nuestra meta es este primer año reducir o compensar cerca de dos millones de toneladas”.
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Detalló que como parte de estos “impuestos verdes”, las empresas pueden acceder al programa Sello de Bajo Carbono, para el cual deberán presentar un proyecto ambiental buscando reducir sus emisiones y tendrán que inscribirse de acuerdo a lo que establecen las reglas que se publicaron en el periódico oficial La Sombra de Arteaga.
“Hemos estado platicando con prácticamente las 400 empresas que detectamos que generan emisiones directas a la atmósfera, ya hemos tenido acercamiento con ellas constantemente, todos los días, uno o dos veces a la semana hemos tenido reuniones para capacitarlos. La semana pasada tuvimos un seminario con empresas japonesas y constantemente estamos haciéndoles saber cuáles son los procedimientos para acceder a estos mecanismos de compensación”.
Precisó que con el Grupo Ecológico Sierra Gorda se tienen cerca de tres mil hectáreas que pueden ser susceptibles a otorgarles el sello.
Del Prete ha reiterado en diversas ocasiones que estos impuestos tienen como objetivo, más allá de ser una estrategia recaudatoria, la descarbonización de la economía.
En el caso del impuesto por la emisión de gases a la atmósfera, son susceptibles a este pago los procesos productivos que expulsen directa o indirectamente bióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluoro-carbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre, ya sea unitariamente o de cualquier combinación de ellos que afecten la calidad del aire, los componentes de la atmósfera y que constituyen gases de efecto invernadero.
Fuente: El Universal Queretaro
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