Redacción | Estados
Uno de los suspirantes de Morena al gobierno de Coahuila, el subsecretario de Seguridad Pública de AMLO, Ricardo Mejía Berdeja, aseguró que la 4T tiene amplias posibilidades de un cambio político.
En su opinión, ¿por qué Coahuila nunca ha tenido alternancia?
Coahuila, al igual que varios lugares del país, se fue quedando atrás en el cambio político, no obstante que aquí en su momento para la presidencial del 2000 ganó el PAN, o en la última del 2018 ganó AMLO. Aún así, en ámbito local se fue quedando como una de las entidades donde el PRI podía maniobrar para seguir conservando el poder.
En 2017 estuvo a punto de perder con una coalición que encabezó el PAN, pero finalmente la libró en una decisión muy controvertida en los tribunales. En todo este proceso, sin embargo, se ha ido acumulando una tensión y un anhelo de cambio que nos parece que en esta ocasión va a ser definitiva. En 2023, la 4T llegará con ese espíritu de cambio. Hay sectores económicos y sociales que están dispuestos a apoyar ese cambio y que anteriormente por miedo o por intereses, no apostaban por la alternancia.
Usted mencionaba que el PAN representaba esa opción de alternancia en Coahuila. ¿Favorece a Morena que ahora puedan ir en alianza con el PRI?
El PAN perdió su oportunidad y además su alianza con el PRI los saca totalmente de la posibilidad. Es muy probable que haya alianza, pero al margen de una alianza electoral, han tenido una alianza política con los gobiernos priistas.
En general se cree que el votante del PAN es muy crítico de la 4T, al menos en el
plano
nacional. ¿Podría un panista votar a
Morena para sacar al PRI de Coahuila?
Sí, porque siento que al final la elección de Coahuila va a ser una especie de referéndum, en torno a los que quieren que haya un continuismo de los Moreira y quienes quieren que haya un cambio. Ese va a ser el peso de la elección.
Me parece que, en esos términos, muchos coahuilenses al margen de sus colores partidistas, van a estar más a favor del cambio, porque ya esta situación que vivimos está generando muchos problemas, y no solo de carácter político, sino de carácter económico. Coahuila ha perdido competitividad económica porque hay un autoritarismo político que ya no es funcional, ni siquiera en la eficacia. Ya es disfuncional el desarrollo económico y social del estado.
¿Cuáles son las
preocupaciones que en la actualidad tiene el ciudadano de Coahuila?
Hay tres temas que
tenemos localizados. Uno es evidentemente el tema del desarrollo económico. Las
oportunidades de empleo, de mejoramiento económico, que
se nota más,
sobre todo, en la parte central hacia el Norte del estado.
Otro tema es que
la gente sigue pidiendo más seguridad. Porque si bien en Coahuila no hay
homicidios como en otros estados -lo cual es importante y no es solo un mérito del estado
sino también
de la federación-, la gente a nivel de colonias está preocupada por el tema del
narcomenudeo, el crecimiento de la venta de cristal, los robos a casa habitación
y las pandillas.
Por último, un
tema que va creciendo en la agenda de todo el norte del país, es el abasto del
agua. Si vemos lo que está pasando en Nuevo León, por ejemplo, nos ilustra que
tenemos que trabajar este tema de manera decidida.
En el PRI se
observa a Coahuila como un ejemplo exitoso de gobernanza. Para usted,
¿qué representan los
Moreira y Riquelme?
Representan la
corrupción, la falta de libertades, el rezago del estado y evidentemente es un
lastre que los coahuilenses estamos cargando y que impide que Coahuila
sobresalga o recupere su grandeza.
Sería
una vergüenza
que Coahuila fuera el último reducto del viejo PRI. Los Moreira y personifican
ese viejo PRI en sus manifestaciones más extremas: cooptación, uso de los
recursos públicos de manera patrimonialista, falta de libertades en los medios,
entre otros abusos.
Hablemos de la
interna de Morena por la candidatura. Uno de sus competidores,
Armando
Guadiana, mostró
el apoyo de la senadora Xóchitl Gálvez. ¿La pelea por
esa militancia del
PAN que no quiere votar por el PRI será importante en la definición
del
candidato de la 4T?
Cada quien invita
a quien quiere, pero evidentemente Xóchitl ha sido totalmente hostil con AMLO e
incluso ha caído en una agresión contra la familia del presidente. No sé qué te pueda
representar de positivo su apoyo.
Prefiero contar
con el apoyo de diputados federales, locales o alcaldes de Morena de Coahuila
que son representantes de la principal oposición de la 4T. No sé qué mensaje haya
querido mandar pero evidentemente no es un mensaje favorable a las bases de
Morena.
El otro
suspirante, Luis Fernando Salazar, es un ex panista. Retomando la pregunta
anterior.
¿Será
importante esa cercanía con el panismo en la próxima elección?
Soy muy abierto a
que la gente pueda, sobre todo en una coyuntura política como la que vive
Coahuila, venir de otras expresiones. Yo mismo estoy convocando a que gente del
PRI y del
PAN pueda sumarse. Esa gente que está cansada del Moreirato, de las
imposiciones.
Pero creo que en
el caso de quien me mencionas, tendrá que explicar su historia. En todo caso,
aquí la pregunta es: ¿quién representa una garantía de cambio? Me parece que la
propia actitud del PRI, de los Moreira y de Riquelme hacia mi persona, ilustra
que para ellos soy
el verdadero enemigo a vencer. Que yo soy quien realmente puede generar un
cambio.
Incluso, los
medios vinculados al oficialismo se le abren de par en par a otras gentes de
Morena y en mi caso, al contrario, traigo una campaña incesante de golpeteo y
de guerra sucia desde los "Moreira News" -así les llamamos-, mientras
que a otros le ponen hasta tapete rojo para que vayan y tengan entrevistas. Es
claro que para la gente el verdadero opositor y la verdadera garantía de cambio
es este servidor.
Pasando al plano
federal. AMLO se ha negado a continuar con los operativos de
captura a grandes
capos del narco. La detención de Rafael Caro Quintero es quizás
la primera de esas
operaciones. ¿Por qué en este caso si se fue contra un capo?
La estrategia
nacional de seguridad pública tiene ocho objetivos pero yo te los podría
resumir en tres. Uno es atender las causas que generan la violencia y por eso
AMLO ha insistido en programas de bienestar, de desarrollo y de reconstrucción
del tejido social. El objetivo es quitarle la base social a los grupos
criminales y al mismo tiempo tratar de evitar que la juventud vulnerable sea
reclutada por la delincuencia. Esto es básicamente lo que se conoce como
"abrazos y no balazos”.
El segundo eje es
la inteligencia, poder hacer operativos, aprovechar todas las infraestructuras
de inteligencia y la investigación criminal. Siempre enfocados en perseguir el modus
operandi, las redes, la estructura logística. Así se llega a la
detención de objetivos criminales
tanto muy relevantes, como el caso de Caro Quintero, como estructuras intermedias
de la delincuencia de otros delitos que generan mucho impacto social, como los
feminicidios, homicidios y tratantes de personas.
Y el tercer otro
eje es la fuerza, que es el despliegue del ejército y la Guardia
Nacional en todo el territorio nacional. Tenemos 120 mil efectivos desplegados
en todo el territorio, eso nunca
había pasado. La Policía Federal en su mejor momento tuvo 36 mil elementos,
pero además
no estaban desplegados permanentemente, sino que cuando había
un problema, mandaban
efectivos, hacían operativos y se regresaban. Este cambio nos ha permitido
reducir la incidencia delictiva, sobre todo delitos de carácter
patrimonial.
Entonces, ¿cuál es la
diferencia con lo que hacían los gobiernos anteriores?
El gobierno de
Calderón, por ejemplo, detenía a alguien, lo presumía y pensaba que eso era una
política de seguridad. Nosotros ahora estamos trabajando para poder desmantelar
de raíz la operación de los grupos delictivos.
Ahora bien, si en
el camino puedes detener a un capo de estas características -como Caro Quintero-, qué bueno, pero no es el objetivo
central, más bien es una consecuencia. No queremos caer en lo que hacía
Calderón,
que presumía capos pero al mismo tiempo tenía un tiradero en el país y además
las fuerzas de seguridad se excedían. Porque por esa razón había muchas
ejecuciones y mucha letalidad.
El Estado mexicano persigue delincuentes y los lleva a la justicia y utiliza la ley de la fuerza pública, siempre bajo una actuación proporcionalmente a la amenaza que representan estos grupos criminales. Pero no puede responder a la violencia con violencia
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